Los Ladrones de Tiempo: 3- La ley de Illich

Published by lluis vera at 11th enero 2018

Ley de Illich

El origen de esta ley procede de Iván Illich (1926-2002), pensador austriaco y cuya obra más conocida es “La sociedad desescolarizada”.

Obviamente también se le recuerda por su denominada ley de productividad negativa a partir de un determinado umbral

Su enunciado sería:

“Después de un cierto número de horas, la productividad del tiempo invertido decrece primero y se hace negativa después".

Todos tenemos un umbral de eficiencia, a partir del cual cuanto más tiempo dediques a hacer algo, más saturado estarás y peor te saldrá la tarea a ejecutar.

Lo que hablando en plata sería: Trabajar más horas no significa trabajar mejor

(¿Os suena la eterna disputa de que los países nórdicos trabajan menos horas y son más productivos y en España nos pasamos todo el día en el trabajo) Pues eso, Ley de Illich.

El Sr. Illich nos dice que podemos alcanzar un grado de concentración óptimo, pero éste no dura eternamente (ojalá)

Si os fijáis, esta ley o principio está muy relacionada con la ley de carlson, que indica que hay que hacer las tareas de forma homogénea.

Estar haciendo lo mismo y sin descansos, al final hará que te agotes mentalmente e incluso que te equivoques y hagas mal tu trabajo.

Un ejemplo muy representativo serían los conductores de camiones o autocares, que deben descansar cada cierto tiempo. El no hacerlo, podría provocar cansancio y que pudieran provocar un accidente.

La técnica del pomodoro

La Técnica Pomodoro es un método para mejorar la administración del tiempo dedicado a una actividad.

Fue desarrollado por Francesco Cirillo a fines de la década de 1980.

Se usa un temporizador para dividir el tiempo en intervalos indivisibles, llamados pomodoros, de 25 minutos de actividad, seguidos de 5 minutos de descanso, con pausas más largas cada cuatro pomodoros.

Así, es importante organizarse el trabajo en estos pomodoros, timeboxes o bloques de tiempo, que nos permitan ser lo más eficientes y eficaces posible y hacer pequeños descansos entre cada bloque, proporcional a la duración del bloque de trabajo.

Hay varias técnicas de timeboxing, donde te indican periodos de tiempo de trabajo y periodos de tiempo de descanso, pero por experiencia recomiendo que cada uno se debe ajustar a sus particularidades estas proporciones.

Para ello también es importante organizarnos nuestro tiempo para saber cuándo son los mejores momentos para realizar esas tareas y dedicar las tareas que requieran mayor esfuerzo para los momentos donde estemos con más fuerza y seamos más productivos.

Recuerdo una anécdota que un conocido me explicaba sobre un mando intermedio que trabajaba mucho y que no hacía vacaciones. Su objetivo era agradar al jefe y buscar que le ascendieran.

La respuesta del jefe fue:

- “Si usted no se puede organizar su tiempo para tomar vacaciones no me sirve para el puesto”.

Así que las vacaciones son merecidas, necesarias y ayudan a recuperarse mentalmente (excepto si tienes hijos pequeños, que desde el segundo día ya estás deseando volver a trabajar)